—¿Y ahora qué hacemos?— dijo Juan, ya sabiendo lo que podía ocurrir en el momento que lleguen las autoridades—Nos pueden llegar a mandar en cana, ¡Piensen por favor! Si mis viejos se enteran de esto me matan.—
—Llegaron— proclamó Clemente. —Llegaron, ¿¡Qué hacemos!?
Los chicos, asustados, salieron afuera a ver lo que ocurría. Entre tantas personas, flashes de cámaras fotográficas que tomaban imágenes en el lugar, se pusieron nerviosos. Lara, tuvo un ataque de nervios, lo cuál la dejo en estado vegetativo por unos largos 26 minutos exactamente.
—¡Lara! ¡Háblanos por favor!— exclamó Abraham, asustado por lo que le ocurrió a Lara.—¡No nos dejes por favor!
Ya pasados los 26 minutos antes dichos, se despertó. La prensa tomó el hecho como un pretexto para ocultar algún hecho que habían inventado los chicos. Dijo un periodista:
—Chicos, ¿Nos están mintiendo? ¿Hay algún fantasma en este lugar?
—Sí, pero solo aparece de vez en cuando. Llamamos por los nervios que nos dio en el momento al sentir ese ruido y ver la sombra blanca que pasó frente a nosotros.— dijo Juan, asustado, sin saber que decir. [...]
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